Cuando comenzó a celebrarse el sorteo de Euromillones en 2004, el bote se limitó a doce acumulaciones seguidas, sin límite en la cuantía del bote. Si nadie conseguía acertar los cinco números principales y las dos estrellas para ser el ganador de euromillones, en el sorteo número doce, dicho premio se repartía y distribuía entre los ganadores de la segunda categoría del sorteo número trece. En 2009, la regla se modificó y se puso un límite máximo para el bote de 185 millones de euros. Sin embargo, si el bote llegaba a esta cifra por primera vez, el límite se vería incrementado en otros 5 millones de euros. Este finalmente fue alcanzado en 2012 y el ímite en el bote se incrementó hasta los 190 millones de euros. El 12 de enero de 2012 las reglas relacionadas con el límite en el bote volvieron a cambiar para limitar de forma permanente el bote a 190 millones de euros. Actualmente sólo puede permanecer en 190 millones de euros durante un máximo de dos sorteos. Como no puede sobrepasarse dicho bote, cualquier fondo adicional generado por la venta de boletos durante este tiempo se añadirá al premio de segunda categoría. Si, una vez que se haya realizado el segundo sorteo, sigue sin haber ganador del bote, los 190 millones de euros se repartirán entre la siguiente categoría ganadora.